El hígadograso se ha convertido en uno de los principales problemas médicos de la actualidad. Este problema tiene como una de sus principales causas el estilo de vida moderno, basado en largos períodos de tiempo sin actividad física. Además se ha incrementado el consumo de botanas y comida chatarra que aportan un exceso de grasas a nuestro cuerpo y poco valor nutricional.
Los resultados de estos cambios son el exceso de peso, problemas de obesidad y finalmente, un exceso de grasa que se acumula en el hígado y dificulta la realización de sus funciones básicas.
Una vez que la persona es diagnosticada con hígado graso, se vuelve vital que adopte hábitos saludables. Esto es, que su dieta se vuelva más balanceada y que incorpore al ejercicio como parte de su rutina diaria. De esta forma se logrará estabilizar los niveles de peso y se facilitará la recuperación de las funciones del hígado.
Alimentos altos en grasas
El hígado graso tendrá problemas para digerir los alimentos altos en grasas y similares, por lo que se debe evitar o reducir al mínimo su consumo. Además, los alimentos altos en grasas facilitan la acumulación de peso, lo que también dificulta la salud de quien padece hígado graso.
Los alimentos a evitar son:
- alimentos fritos
- alimentos horneados que lleven quesos o grasas
- productos lácteos.
Es importante que los alimentos altos en grasas saturadas sean eliminados por completo de la dieta de quienes padecen hígado graso.
Alimentos con alto índice glucémico
Los alimentos ricos en azúcares naturales o los que tienen altos índice glucémico elevan los niveles de glucosa en sangre, lo que afecta severamente al hígado. Los alimentos que deben consumirse con moderación son papas, sandía, pasas, plátano, pan blanco, productos derivados de maíz, helados, yogurt de sabores y chocolate alto en carbohidratos simples.
Estos alimentos deben ser evitados por quienes padecen hígado graso, en su lugar se deben consumir granos integrales. De esta forma se obtiene un mayor aporte de fibra que ayuda a controlar los niveles de colesterol y de glucosa en sangre, lo cual es vital para revertir la condición del hígado graso.
Alcohol
El consumo de alcohol, ya sea en cantidad moderada o excesiva facilitará la acumulación de grasa en las células del hígado. Cuando la acumulación de esta grasa supera los límites normales, las células comienzan a inflamarse y con el tiempo se generan cicatrices en los tejidos. A partir de esta etapa, el flujo sanguíneo normal se ve obstaculizado y si no se detiene y revierte la situación, el hígado puede dañarse irreparablemente. Debido a esto, es recomendable que el consumo de alcohol sea mínimo y si ya se ha diagnosticado hígado graso, lo recomendable sería ideal abstenerse de ingerir alcohol.